Editorial Fiat Voluntas Tua, Estados Unidos de Norteamérica;
Fundación Jesús de la Misericordia Quito Ecuador, páginas: 55,56.
Fuerzas de contención se centraron en Pachi.
Ella me contó que había sido asaltada físicamente por manos diabólicas invisibles y que solo merced a la intervención de la Virgen había podido recuperar sus fuerzas.
El 4 de Marzo de 1990, un día después de la última aparición, Pachi tuvo la experiencia más inquietante.
Se hallaba en casa de su madre, que estaba llena de curiosos por ver los cuadros religiosos del dormitorio de Pachi, donde se le había aparecido la Virgen la primera vez y que estaban derramando lágrimas de aceite.
Una monja pequeñita y regordeta, descalza, con un lunar en la mejilla y vestida de blanco, llegó a la puerta diciendo que traía un mensaje para Pachi y que tenía que hablar con ella personalmente y en privado.
Refiere Pachi: “Yo me sentí extraña ante aquella circunstancia, pero por tratarse de una religiosa asentí a atenderla. Nos dirigimos a la alcoba de mi madre y la monja cerró la puerta dando un portazo. Luego me dijo: “Mira mis pies. Mira mis manos”. Sus ojos eran aterradores. De nuevo me dijo: “Mira mis manos”. “Mira mis pies”. Miré de nuevo, pero no vi nada.
Me puse a rezarle a San Miguel y al punto la monja dejó de hablar y sus ojos se desencajaron. Su voz se volvió de un tono enronquecido y me dijo de nuevo: “Mira mis manos”. Sus manos y sus pies podían verse estigmatizados. Yo me asusté mucho. Y pude notar que en su mano derecha lo que yo creí que eran estigmas, era el número de la bestia teñido en sangre -666-.
En ese momento trató de saltar sobre mí y poniendo sus pulgares en mis ojos me preguntó: “¿Qué ves? ¿Qué ves? ¿Qué ves?”, y me apretaba con fuerza. Yo no sé cómo pude librarme. Sé que Dios me estaba ayudando. Y le dije: “Lárgate de aquí! ¡Lárgate de aquí!”. Entonces ella comenzó a decir que el Papa era el Anticristo y que la Iglesia era una malvada. Yo le dije: “En el nombre de Dios vete de aquí”, y al momento comprendí que se trataba de una persona poseída por Satanás”.
La “monja” salió de allí y en su camino se encontró con un Sacerdote y lo saludó en tono de burla inclinando la cabeza y diciéndole: “Hola Padre”.
No cabe duda de que la intensidad de estos ataques diabólicos se debía al hecho de que Pachi estaba recibiendo especiales mensajes secretos.
Ella me contó que había sido asaltada físicamente por manos diabólicas invisibles y que solo merced a la intervención de la Virgen había podido recuperar sus fuerzas.
El 4 de Marzo de 1990, un día después de la última aparición, Pachi tuvo la experiencia más inquietante.
Se hallaba en casa de su madre, que estaba llena de curiosos por ver los cuadros religiosos del dormitorio de Pachi, donde se le había aparecido la Virgen la primera vez y que estaban derramando lágrimas de aceite.
Una monja pequeñita y regordeta, descalza, con un lunar en la mejilla y vestida de blanco, llegó a la puerta diciendo que traía un mensaje para Pachi y que tenía que hablar con ella personalmente y en privado.
Refiere Pachi: “Yo me sentí extraña ante aquella circunstancia, pero por tratarse de una religiosa asentí a atenderla. Nos dirigimos a la alcoba de mi madre y la monja cerró la puerta dando un portazo. Luego me dijo: “Mira mis pies. Mira mis manos”. Sus ojos eran aterradores. De nuevo me dijo: “Mira mis manos”. “Mira mis pies”. Miré de nuevo, pero no vi nada.
Me puse a rezarle a San Miguel y al punto la monja dejó de hablar y sus ojos se desencajaron. Su voz se volvió de un tono enronquecido y me dijo de nuevo: “Mira mis manos”. Sus manos y sus pies podían verse estigmatizados. Yo me asusté mucho. Y pude notar que en su mano derecha lo que yo creí que eran estigmas, era el número de la bestia teñido en sangre -666-.
En ese momento trató de saltar sobre mí y poniendo sus pulgares en mis ojos me preguntó: “¿Qué ves? ¿Qué ves? ¿Qué ves?”, y me apretaba con fuerza. Yo no sé cómo pude librarme. Sé que Dios me estaba ayudando. Y le dije: “Lárgate de aquí! ¡Lárgate de aquí!”. Entonces ella comenzó a decir que el Papa era el Anticristo y que la Iglesia era una malvada. Yo le dije: “En el nombre de Dios vete de aquí”, y al momento comprendí que se trataba de una persona poseída por Satanás”.
La “monja” salió de allí y en su camino se encontró con un Sacerdote y lo saludó en tono de burla inclinando la cabeza y diciéndole: “Hola Padre”.
No cabe duda de que la intensidad de estos ataques diabólicos se debía al hecho de que Pachi estaba recibiendo especiales mensajes secretos.
Esta monja falsa, facilmente reconocible para Patricia Talbot por la foto anterior, ahora lidera un grupo fanatico sectario, fuera de la obediencia a ningun Obispo de la Iglesia, ha creado su propia fe, donde el culto está centrado en ella misma, ella viste de blanco, negro y otras veces azul, llevando un medallón que usan solo los obipos ortodoxos y un bastón Pastoral (Baculo) de Obispo, adjunto una foto reciente que tomé de su propio sitio internet, aparece ademas llevando un sombrero Calimafio propio de los Arzobispos Rusos, y una capa pluvial, o Mandias proprio de los Jerarcas ortodoxos, claro con bordados romanos, ella se autoproclama la nueva Virgen Maria.